Todos los que conocéis Castelnou, sabéis que el casco urbano de la población está en unos entrantes hacia el monte, concrétamente entre cuatro cabezos, y limitado hacia el noroeste por el río Martín. Las casas y calles se sitúan en las laderas desembocando en la plaza, o centro neurálgico de la población, no en vano, gente de otros pueblos, como Samper, nos llaman, los del barranco.
Cuando estaba la chopera el aspecto que tenía la entrada al pueblo desde el otro lado del río se asemejaba a la que, aquellos que habéis estado en el desierto lo entenderéis, a cuando llegas a un oasis. Quizás sea un poco exagerado, yo he tenido mil veces esa sensación, y eso que soy amante de los paisajes áridos, pero no hay humano que no se sienta atraído por las zonas verdes, ¿será el instinto animal?.
No puedo dejar de hablar de las laderas de los cabezos, que cada vez toman un tono más verdoso, ya que los pinos plantados por la asociación La Valera, se empiezan a ver desde lejos. Quizás este proyecto sea el cierre de ese círculo o cinturón verde que en su día planteó crear la asociación en torno a la población.
0 Comentarios:
Publicar un comentario